El ser humano ha luchado desde antiguo contra el envejecimiento y la muerte buscando con insistencia el “elixir de la eterna juventud”. Pero es en la actualidad donde esta lucha se está llevando a extremos preocupantes. Hoy en día, tener un cuerpo perfecto y un rostro libre de arrugas, se asocian no sólo con la juventud, sino a la felicidad y al éxito: existe una clara sobrevaloración de la juventud y de la belleza en el mundo actual. Antiguamente la figura del anciano/a era mucho más relevante. Tenía un lugar predominante en la familia: se le escuchaba, se le respetaba y sus opiniones contaban. Hoy en día al anciano se le suele apartar e ignorar. Estamos en la sociedad donde ser joven es un valor en alza y donde, en cambio, la vejez se ha asociado, incluso, a la pérdida de valor como persona. Hay gente que llega a sentir verdadero rechazo por la tercera edad.